martes, 8 de julio de 2014

Soluciones para el insomnio.

El descanso es fundamental para tener un organismo saludable. De poco sirve cuidar el cuerpo con una buena alimentación y ejercitarlo equilibradamente, sino tienes calidad de sueño.

Hay elementos externos que te ayudan a conciliarlo. 

Un buen colchón y una almohada adecuada, así como sábanas, colchas, edredones o mantas, ventiladores, aire acondicionado o calefactor; son elementos que ayudan a tu cuerpo a entrar en un estado de comodidad con el fin de motivarlo a descansar.

También ayuda el silencio, tomar infusiones de manzanilla, azahar o valeriana; sumergirte en un baño o darte una ducha, así como respirar un aire aromatizado con tus olores favoritos.
Estos componentes son muy útiles, pero no son los más importantes.




Solo si tu mente está tranquila, podrás tener un sueño placentero y reparador.
¡Y ésta es la parte más dificil!

Conseguir dejar la mente en blanco y respirar tranquilamente es para algunas personas una tarea muy complicada.
Creo que tod@s hemos pasado alguna que otra noche con insomnio. Supongo que es inevitable pasar por esto. El problema se presenta cuando el insomnio es una pauta habitual y diaria en la vida de alguien.

¿Cómo te encuentras el día siguiente de una noche sin poder dormir?
Tu cuerpo no responde, está dolorido, con poca energía, falta de concentración, cambios de humor...

No son sensaciones gratas, por eso merece la pena dedicar tiempo a aprender cómo manejar el insomnio.

Dos consejos fundamentales.
  1. No te vayas a la cama enfadad@, porque si lo haces tu cama se convertirá en un lugar de pelea, ira y vueltas de un lado a otro. Lo más probable es que tengas pesadillas o sueños poco placenteros.
  2. Tampoco es bueno dormir con la tele encendida, porque te distrae. Las imagenes o palabras que recibes no dejan que tu cerebro pare.
La cama debe ser un lugar libre de distracciones, un lugar donde salir de las emociones vividas a diario.

Practica el siguiente ejercicio:

Si estás pasando por una situación emocionalmente fuerte, casi con toda probabilidad, cuando te metes en la cama tu cerebro comienza a analizar, reflexionar, revivir los acontecimientos que te embargan. 

Permítete un tiempo para dejar volar la imaginación, las sensaciones...deja que salga lo que hay dentro de ti, pero ponte tiempo.

Puede ser 15 minutos, media hora...
A partir de ese momento, para. 

Con determinación pon tu mente en blanco, y concéntrate en tu respiración. No permitas que ningún pensamiento te distraiga. Es habitual que sigan viniendo y que te sorprendas en más de una ocasión enganchad@ otra vez, dándole vueltas a uno u otro asunto. No te preocupes ni te enfades contigo mism@. Simplemente vuelve a concentrarte en tu respiración. Fíjate cómo se introduce el aire por tu nariz y cómo va baja hasta tu pecho, abdomen.... Siente la relajación, observa el bombeo de tu cuerpo...

Al principio puede resultarte díficil, incluso imposible, porque como todo, aprender a relajarte también requiere práctica, pero no cedas, sé constante y sigue retomando la concentración en tu respiración. 

Deja a un lado todo, y cuando digo todo, es todo. Trabajo, dinero, amor, estudios, proyectos.....Apárcalo. 
Mañana será otro día, en el que tendrás un montón de horas para darle vueltas y tomar decisiones y acciones. Ahora no es el momento. Ahora duermo, solo duermo, de una forma plácida y reparadora.

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